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La importancia de la persona para las empresas

Actualizado: 22 abr 2020


Mucho se dice que las personas son el recurso más valioso de la empresa; escuchamos a menudo que debemos cuidar al personal, que el empleado (cuya denominación correcta es colaborador) es lo más importante, que debemos invertir en los trabajadores… y así una lista extensa de frases que escuchamos una y otra vez.


¿La realidad? Pocas empresas o empresarios promueven y viven una cultura congruente en donde la persona es lo más importante. ¿La razón? Quizá lo primero que les preocupa es la rentabilidad del negocio, los proyectos, los clientes... lo cual evita que destinen tiempo y recursos para lo que verdaderamente vale la pena, que es el factor humano.

A principios del siglo XX, las personas eran consideradas mano de obra; posteriormente, se les catalogó como un recurso más que la empresa debía gestionar. Hoy en día, se toma en cuenta la individualidad de los colaboradores y lo que cada uno aporta de manera única, lo cual se traduce en ventajas competitivas para la empresa, que le permiten diferenciarse de la competencia.


Partiendo de este enfoque, abordaremos las razones por las cuales es evidente que invertir en el recurso humano de una empresa genera un mayor éxito empresarial, una mejor reputación, más lealtad y rentabilidad.

  1. Un equipo motivado alcanza mejores resultados, y un equipo que alcanza resultados es más feliz en un ambiente de comunicación y retroalimentación constructiva. Asimismo, mientras mejor sea el cerebro identificando aspectos positivos, mayor será la oportunidad de éxito y el aprendizaje de lo negativo, lo cual es clave para lograr mejores resultados y, por lo tanto, productividad. De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Yale, una actitud positiva mejora los resultados entre un 65% y 100%.

  2. Sentirse feliz en el trabajo permite enfrentar el día a día con creatividad y buen humor, lo que terminará impactando en la resolución de problemas y el servicio al cliente, lo que a su vez juega un papel importante en la productividad de la empresa.

  3. Por el contrario, cuando las personas no se sienten felices en su trabajo, tienden a percibir el estrés con mayor intensidad, lo que acarrea tensión, así como menor rendimiento y productividad, a la vez que genera complicaciones a nivel físico y psicológico. Esto a su vez aumenta la posibilidad de que los colaboradores busquen otras opciones de empleo, lo que tiene un impacto directo en la rotación de personal y por ende en los resultados de la empresa.

  4. En términos más amplios, un trabajador feliz será el mejor publirrelacionista para la empresa, pues “se pondrá la camiseta” y no dudará en recomendar los servicios o productos que la misma ofrece. Asimismo, dado que los empleados son la cara de la empresa, asegurar su compromiso con los clientes existentes y potenciales es una gran herramienta que beneficia al negocio.

  5. Por lo regular las empresas buscan crecer y expandirse, por lo que una buena política de cuidado a los empleados puede hacer una gran diferencia en lo que a la captación de nuevo talento se refiere: mientras más cuidado se ponga en el bienestar de los colaboradores, más candidatos mejor preparados querrán formar parte de la empresa, lo que mejorará el perfil de contratación y el nivel del desempeño de los trabajadores. Asimismo, una política de esta naturaleza aumenta la retención de empleados, ya que si pueden avanzar dentro de la empresa, no se verán forzados a buscar oportunidades fuera de la misma.

  6. Crear y transmitir una cultura laboral rica y clara es una gran ventaja, pues permite a los empleados asirse de algo tangible y generar un sentido de pertenencia, lo que a su vez se refleja en mayor productividad y mejor disposición para tomar retos.

  7. Cada vez más, los empleados buscan poder crecer dentro de la empresa, obtener capacitación y formación, y pertenecer a una cultura laboral positiva y flexible cuyo centro sea precisamente el bienestar del colaborador.

Lo anterior nos permite concluir que vale la pena apostar e invertir en las personas, y centrar todos nuestros esfuerzos en nuestros colaboradores, que son la base de nuestros negocios, empresas y/o emprendimientos, y quienes aportan el diferencial que hace única a nuestra empresa; sin embargo también es necesario tener claridad en lo que la empresa espera de estos grandes talentos, en las metas, objetivos y formas de evaluación, para que estas personas también sean corresponsables con sus obligaciones y aporten todo el potencial que tienen para dar.


Ingrid Alonso, Odina Skartados y Jessica Escobar

Equipo Kueponi de Consultoras en RSE.


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